Have an account?

Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon

3 de Noviembre
“Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá;
aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.” Habacuc 2: 3.
La misericordia podría parecer tardada, pero es segura. El Señor ha establecido, con
sabiduría infalible, un tiempo para las salidas de Su poder lleno de gracia, y el tiempo de
Dios es el mejor tiempo. Nosotros tenemos prisa; la visión de la bendición estimula nuestro deseo, y acelera nuestros anhelos; pero el Señor guardará Sus señalamientos. Él nunca se
adelanta; Él nunca se atrasa.
Se dice aquí que la Palabra de Dios es algo vivo que hablará, y que vendrá. No es nunca
una letra muerta, como estamos tentados a temerlo cuando hemos esperado largamente su
cumplimiento. La Palabra viva viene en camino proveniente del Dios vivo, y aunque
pareciera dilatarse, en realidad no se está tardando. El tren de Dios no está retrasado. Sólo
hemos de tener paciencia, y pronto veremos por nosotros mismos la fidelidad del Señor.
Ninguna de Sus promesas fallará: “no mentirá”. Ninguna de Sus promesas se perderá en el
silencio: “se apresura hacia el fin”. ¡Qué consuelo hablará al oído de la fe! Ninguna de Sus
promesas necesitará ser renovada como una factura que no pudo ser pagada en el día en que
se vencía: “no tardará”.
Vamos, alma mía, ¿no puedes esperar a tu Dios? Descansa en Él, y quédate quieta en una
paz indecible.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román