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Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon

2 de Noviembre
“No quitará el bien a los que andan en integridad.” Salmo 84: 11.
El Señor puede quitar muchas cosas placenteras, pero no “el bien”. Él es el mejor juez de lo
que es bueno para nosotros. Algunas cosas son indudablemente buenas, y estas las podemos
obtener cuando las pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.
La santidad es un bien, y Él la obrará en nosotros libremente. Él nos concederá
gustosamente la victoria sobre las malas tendencias, sobre los temperamentos violentos, y
los malos hábitos, y no hemos de permanecer sin ella.
Él otorgará la plena certidumbre, y la comunión cercana con Él, y el acceso a toda la
verdad, y el valor que predomina delante del propiciatorio. Si no tenemos estas cosas, es
por falta de fe de recibirlas, y no por cualquier renuencia de parte de Dios de otorgarlas.
Una disposición tranquila y celestial, gran paciencia, y amor ferviente: Él concederá todas
estas cosas a la santa diligencia.
Pero noten que hemos de “andar en integridad”. No ha de haber propósitos encontrados ni
tratos aviesos; ni hipocresía ni engaño. Si andamos suciamente, Dios no puede otorgarnos
favores, pues eso sería un galardón por el pecado. El camino de la integridad es el camino
de la riqueza celestial: una riqueza tan grande que incluye todo el bien.
¡Qué promesa es esta para argumentarla en la oración! Pongámonos de rodillas.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román