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Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon

30 de Octubre
“Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré.” Ezequiel 36: 25
¡Qué sobresaliente gozo es este! Quien nos ha purificado con la sangre de Jesús también
nos limpiará con el agua por el Espíritu Santo. Dios lo ha dicho y así será: “Y seréis
limpiados.” Señor, nosotros sentimos y lamentamos nuestra inmundicia, y es alentador que
Tu propia boca nos asegure que seremos limpiados. ¡Oh, que te dignaras hacer una rápida
labor de limpieza!
Él nos librará de nuestros peores pecados. Las sublevaciones de la incredulidad y las
engañosas lascivias que combaten contra el alma, los viles pensamientos del orgullo, y las
sugerencias de Satanás para blasfemar el sagrado nombre: todas estas cosas serán tan
purificadas que no retornarán.
Él también nos limpiará de todos nuestros ídolos, sean de oro o de arcilla: de nuestros
amores impuros, y de nuestro excesivo amor a aquello que en sí mismo es puro. Todo lo
que hemos convertido en un ídolo será arrancado de nosotros o nosotros seremos
desgajados de ello.
Es Dios quien habla de lo que Él mismo hará. Por tanto esta palabra es firme y segura, y
podemos esperar con certeza lo que nos garantiza. La limpieza es una bendición del pacto,
y el pacto es ordenado en todas las cosas y seguro
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.