Charles H. Spurgeon
La justicia es a menudo costosa para el hombre que la guarda a pesar de todos los riesgos,
pero al final cubrirá sus propios gastos, y producirá una ganancia infinita. Una vida santa es
como sembrar la semilla: mucho es desparramado y aparentemente queda enterrado en el
suelo, para no ser recogido nunca más. Estamos equivocados cuando esperamos una
cosecha inmediata; pero el error es muy natural, pues parece imposible enterrar a la luz. Sin
embargo, la luz está “sembrada”, dice el texto. Yace latente: nadie puede verla. Estamos
completamente seguros que un día ha de manifestarse.
Estamos plenamente seguros que el Señor ha establecido una cosecha para los sembradores
de luz, y ellos la segarán, cada hombre para sí. Entonces vendrá su alegría. Gavillas de gozo
por semillas de luz. Su corazón era recto delante de Dios, aunque los hombres no les daban
crédito por ello, sino que incluso los censuraban: eran justos, aunque quienes los rodeaban
los denunciaban como severos. Ellos tenían que esperar, como el labrador espera el
precioso fruto de la tierra: pero la luz fue sembrada para ellos, y la alegría estaba siendo
preparada en su nombre por el Señor de la cosecha.
¡Valor, hermanos! No necesitamos tener prisa. Poseamos a nuestras almas en paciencia,
pues pronto nuestras almas poseerán luz y alegría.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román
