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Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon

16 de Noviembre
“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante
contra ti en juicio.” Isaías 54: 17.
Hay un gran martilleo en las fraguas y en las forjas del enemigo. Están fabricando armas
con las cuales aniquilar a los santos. Ellos no podrían ni siquiera hacer eso si el Señor no se
los permitiera; pues Él ha creado al forjador que sopla los carbones en el fuego. ¡Pero vean
cuán diligentemente laboran! ¡Cuántas espadas y lanzas moldean! No importa, pues en la
hoja de cada arma se puede leer esta inscripción: no prosperará.
Pero ahora escuchen otro ruido: se trata de la contienda de las lenguas. Las lenguas son
instrumentos más terribles que los que pueden forjarse con martillos y yunques, y el mal
que infligen corta más profundamente y tiene un mayor alcance. ¿Qué será de nosotros
ahora? La calumnia, la falsedad, la insinuación, el ridículo: estos constituyen flechas
envenenadas; ¿cómo podremos enfrentarlos? El Señor Dios nos promete que, si no
podemos silenciar las lenguas, por lo menos escaparemos de ser arruinados por ellas. Nos
condenan por el momento, pero nosotros las condenaremos al fin, y para siempre. La boca
de quienes hablan será acallada, y sus falsedades serán tornadas para honra de esos
hombres buenos que sufrieron por causa de ellas.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román