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Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon


12 de Octubre
“Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que
ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.”
Deuteronomio 30: 6.
Aquí leemos acerca de la verdadera circuncisión.
Noten a su autor: “Jehová tu Dios.” Sólo Él puede tratar eficazmente con nuestro corazón, y
quitar su carnalidad y su corrupción. Hacernos amar a Dios con todo nuestro corazón y
alma es un milagro de gracia que sólo el Espíritu Santo puede obrar. Hemos mirar
únicamente al Señor para esto, y no estar satisfechos nunca con nada que no sea eso.
Noten dónde es obrada esta circuncisión. No es de la carne, sino del espíritu. Es la señal
esencial del pacto de la gracia. El amor a Dios es la marca indeleble de la simiente elegida;
por este sello secreto la elección de gracia es certificada para el creyente. Debemos cuidar
de no confiar en ningún rito externo, sino que seamos sellados en el corazón por la
operación del Espíritu Santo.
Noten cuál es el resultado: “a fin de que vivas.” La intención de la carne es muerte.
Venciendo a la carne encontramos vida y paz. Si andamos en las cosas del Espíritu,
viviremos. Oh, que Jehová, nuestro Dios, complete Su obra de gracia en nuestras
naturalezas internas, para que en el sentido más pleno y más elevado vivamos para Dios.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román