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Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon

28 de Octubre
“Y les será perdonado, porque yerro es.” Números 15: 25.
Debido a nuestra ignorancia no estamos plenamente conscientes de nuestros pecados de
ignorancia (yerros). Sin embargo, podemos estar seguros que son muchos, tanto en la forma
de comisión como de omisión. Podríamos estar haciendo, como un servicio a Dios, aquello
que Él no ha ordenado y que no puede aceptar nunca.
El Señor conoce cada uno de estos pecados de ignorancia. Esto muy bien debería
alarmarnos, pues en justicia Él requerirá de nuestra mano estas ofensas; pero por otro lado,
la fe espía consuelo en este hecho, pues Él Señor tendrá cuidado de que las manchas que
son invisibles para nosotros, sean limpiadas. Él ve el pecado para dejar de verlo después
que lo arroja detrás de Su espalda.
Nuestro gran consuelo es que Jesús, el verdadero sacerdote, ha hecho expiación por toda la
congregación de los hijos de Israel. Esa expiación garantiza el perdón de pecados
desconocidos. Su sangre preciosa nos limpia de todo pecado. Ya sea que nuestros ojos lo
hayan visto y hayan llorado por él, o no, Dios lo ha visto, Cristo lo ha expiado, el Espíritu
Santo da testimonio de su perdón, y de esta manera tenemos una triple paz.
Oh Padre mío, yo ensalzo Tu conocimiento divino, que no sólo percibe mis iniquidades,
sino que provee de una expiación que me libra de la culpa de ellas, incluso antes de saber
que soy culpable.
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román