Have an account?

Devocionales Diarios

Charles H. Spurgeon


14 de Octubre
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré
delante de mi Padre que está en los cielos.” Mateo 10: 32.
¡Es una promesa llena de gracia! Es un gran gozo para mí confesar a mi Señor. Sin importar
cuáles pudieran ser mis fallas, no estoy avergonzado de Jesús, ni me da miedo declarar las
doctrinas de Su cruz. Oh Señor, no he escondido Tu justicia dentro de mi corazón.
El panorama que el texto pone delante de mí es dulce. Loa amigos abandonan y los
enemigos se alegran, pero el Señor no repudia a Su siervo. Sin duda el Señor me reconocerá
incluso aquí, y me dará nuevas señales de Su consideración favorable. Pero se aproxima el
día cuando deba estar delante del grandioso Padre. ¡Qué bendición es pensar que Jesús me
confesará entonces! Él dirá: “Este hombre realmente confió en mí, y estaba anuente a sufrir
reproches por amor de Mi nombre; por esa razón yo lo reconozco como mío.”
El otro día un gran hombre fue hecho caballero, y la reina le entregó una insignia enjoyada;
pero, ¿qué importancia tuvo eso? Será un honor que sobrepase a todos los honores cuando
el Señor Jesús nos confiese en la presencia de la Majestad divina en los cielos.
Que nunca me sienta avergonzado de reconocer a mi Señor. Que nunca me abandone a un
cobarde silencio, o acepte una componenda proveniente de un corazón desfallecido. ¿Acaso
me avergonzaré de reconocer a Aquel que promete reconocerme?
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román.